domingo, 25 de noviembre de 2007

Nicolas Bussi, arquitecto y escultor de Santa María de Elche se terminó sus días como fraile mercedario en Segorbe

H e puesto en evidencia muchas veces que Nicolás de Bussi , el arquitecto y escultor de Santa María de Elche, terminó sus días como fraile mercedario en un convento de Segorbe. El artista, doctrinario de la Alquimia, ávido siempre de esa perfección de espíritu a que le obligaba la consecución del oro filosófico, tenía que acabar así.

Sabemos que permaneció en Murcia hasta enero de 1704, fecha en la que, añorando la calma de un monasterio tranquilo, marcha al convento de San Joaquín y Santa Ana y allí, en Segorbe, toma el hábito el 14 de enero de 1706, dándoselo Fray Pedro Pastor , comendador entonces del citado convento. A estas alturas de su vida parece que Nicolás quedó solo, sin esposa, sin hijos, desarraigado de su patria, y con el único acompañamiento de una gran melancolía que tenía su alma de infinita tristeza. Parece confortante, por ello, verle de profesor buscando fortaleza en la comunidad de Segorbe. Entra dispuesto a lograr compañía en esa hora del bien morir. Hasta resulta natural encontrarle entre los religiosos, aguardando junto a ellos el momento final, prueba difícil que tanto le atormentaba.

Allí, en Segorbe, aislado entre montañas, le gana el paisaje. Desde las huertas feraces y mollares de Murcia que reblandecían su espíritu, viene ahora al maravilloso mundo campesino de las tierras altas, donde el escultor encuentra en sus campos de secano, el sosiego y fortaleza interior. Seguramente en el convento proseguiría su trabajo de escultor con morosidad de fraile. Y para los mercedarios prepara un Eccehomo y una Dolorosa; y para la Granja de Argenás, que era el lugar de descanso del convento, un Crucifijo. Ha llegado, después de este combate espiritual, el momento de pasar a la historia del arte con un título que le viene tardíamente y que, sin embargo, le asegura una fuerte personalidad religiosa dentro de la imaginería.

Desde ahora se le conocerá por Fray Nicolás de Bussi. No vale, sin embargo, creer que Nicolás renegó de sus grandes principios. Bussi era un buen hombre, arrimado a la perfección de su espíritu. Solamente tuvo que deshacerse de ese material y equívoco desvío con que el oro absorbe la conciencia del alquimista puro, dejando tan sólo que su alma se abriese al afán de salvación propio del cristianismo.

Sin embargo, un escultor de la personalidad de Bussi no podía borrarse del mapa artístico, encerrándose en el aislado valle de Segorbe. Los propios frailes advirtieron enseguida que les era útil para crear imágenes religiosas que la comunidad necesitaba. De aquí que hiciese también alguna escultura para Valencia, obligándose a visitar la capital levantina. Desconocemos los viajes que haría Bussi desde Segorbe a Valencia, ni el tiempo que paró en la capital del Turia. La noticia que nos da Orellana, hace referencia únicamente al número de obras que esculpió, por tanto, suponemos que pasaría algún tiempo en el convento de la Merced de Valencia obligado por su trabajo. En cuanto a las dispares noticias sobre la muerte de Nicolás y del anacronismo funerario en que incurren algunos biógrafos, tiene la culpa, sobre todo, la retumbante leyenda que se ha tejido en torno a los grandes personajes de la Alquimia: Cagliostro , Paracelso , Nostradamus É Gentes que nos iluminan después de muertos, en la obra de algún comentarista que mantiene con certeza haberlos visto y conversado con ellos.

Y el mito es tan hondo y persistente que incluso alcanza a Bussi -como si se tratara de cualquiera de los alquimistas míticos- hasta convertirle en fantasma de su doctrina. De todas maneras, debemos perdonar a los discrepantes en la data del óbito de Nicolás de Bussi. Porque hoy sabemos con certeza que el fallecimiento del escultor ocurrió en diciembre de 1706. Así consta -aparte de la cita de Orrellana - en otro libro: «Memoria de los religiosos de esta provincia de Valencia de la Real Militar Orden de Nuestra Señora de la Merced Redención de Cautivos» que empezó a escribir en 1625 Fr. Joseph Sanchiz , obispo de Ampurias, después titular en Segorbe y arzobispo finalmente de Tarragona. Por él sabemos la verdad. Nicolás de Bussi falleció como he dicho en la fecha señalada, estando en Valencia y siendo todavía novicio conventual de Segorbe. El instante de la muerte le sorprendió en el Convento de la Merced en presencia de Francisco Vergara , padre de José Vergara , pintor famoso que se lo oyó contar a su padre.

Así que no cabe duda. Éste fue el final del famoso arquitecto y escultor de Santa María de Elche, a quien los ilicitanos debemos tanto.

Diario "Información"

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